Hace un año o así, estaba en mi aburrido y rutinario trabajo y queriendo evadirme, cogí un boli. Claro que la situación no era idónea para escribir nada, así que me puse a dibujar. Siempre soñe, desde enano (hasta ahora, y supongo que hasta que lo consiga) con construirme una casa en un árbol. Este sueño por cumplir lo compartí en su día con mi hija Alejandra, claro que desde entonces, cada semana me pregunta que "para cuando la casa en el árbol, papa?" Le voy dando largas, pero ese día, con el boli en la mano, comencé a trazar los planos de nuestro sueño. Sí, le hice un dibujo a mi hija, una casa en un árbol y le encantó. Bah, un entretenimiento en un trabajo aburrido, la cosa no iría a más. Pero me equivoqué, la imaginación oprimida y la mano libre es lo que tiene, al final rompe para cualquier lado. La cosa la compliqué cuando hace unas semanas le hice otro dibujo para demostrarle que con la imaginación podía ser y hacer cualquier cosa, que su capacidad de fantasear y soñar es mucho mucho más divertido que ver la tele. Todo era posible en su cabeza, por ejemplo, convertirze en La Princesa Alejandra, heredera del Reino del Bosque Encantado, que cabalga a lomos de un unicornio, una mezcla entre Peter Pan chica y una elfa y que hablaba con La Dama del Fuego...
El mensaje caló, creo. Con ojos como platos se vio a si misma con la capa estrellada al vuelo. Cogió un poco de celo y lo pegó en mural de fotos. Claro que mi otro hijo, Ignacio, alias "filigranas", cuando vio el dibujo, exigió el suyo de pleno derecho. Días después y como mi trabajo sigue siendo aburrido y rutinario, y al ser Ignacio amante de Caballeros, Piratas y altamente impresionado cuando cometí el error de enseñarle mis viejas maquetas inventadas de naves espaciales, decidí llevarle a un mundo algo más steampunk y le puse al mando de un Barco Pirata con alas...
Pero las envidias son muy malas (o no tanto, ya veréis...) y ambos se enzarzaron en una disputa sobre a quién le tocaba el siguiente dibujo:
-¡Tu llevas dos! -dijo Filigranas.
-Sí, listillo, pero el tuyo es más grande -dijo La Princesa Alejandra, heredera del Reino del Bosque Encantado y que cabalga a lomos de un Unicornio...
-Pero si juntas los dos tuyos hacen uno grande, listilla hasta la luna -replicó el astuto y valiente Pirata Mike (porque es admirador de Mike el Caballero) Filigranas, capitán de un barco volador con el espíritu de Robin Hood.
El Pirata Filigranas infló carrillos resoplando y la Princesa Alejendra se mordió la lengua amenazadora. Conseguí apaciguar ánimos, pero sabía que tenía un problema psico-pedagógico-artístico.
Sin demora busqué solución al día siguiente, en mi aburrido y rutinario trabajo. Me vi forzado a unificar criterios artísticos. A ver cómo hacía coherente una Reina del Bosque élfica con un pirata con un Barco Volador compartiendo protagonismo en un dibujo. ¡Ah, coherencia, qué mal has echo en el mundo literario! ¡Qué mas da! Cuál es el problema en mezclar dos mundos literarios tan dispares! No se trata al fin y al cabo de fantasía! Pues... ¡Déjete llevar, Jose! Y así hice y así nació el dibujo que el otro día visteis en facebook.
Creí que lo había conseguido, ¡un dibujo para los dos!
- Mirad Chicos! Este dibujo es de los dos, es una encuentro entre la Princesa Alejandra del Bosque Encantado con el peligroso Pirata Mike Filigranas en un mundo mágico, con castillos voladores, dragones... Mira, Alex, esta eres tú con tu unicornio mágico, y este tú, Ignacio, El pirata Mike Filigranas, con su barco volador, que te has subido a una moto voladora para ir al encuentro!! -dije con sonrisa triunfadora. A los dos, con ojos chispeantes y tirando cada uno de un lado del folio, se les dibujó una enorme sonrisa, tan enorme como la claridad con la que vi el problema en el que me había metido. No, no era la solución, era el germen de un embrollo del que difícilmente saldría ileso.
- ¿Y por qué se encuentran? ¿Para qué?-me pregunta Alejandra confirmando mis sorpresas.
- ¿Y de quién es ese castillo tan chulo? -dice el Ignacio.
- ¿De quién es ese Castillo volador? -preguntó La Princesa Alejendra ambicionando reinos.
- ¿Y de quien es ese dragón? -anheló el Pirata Mike Filigranas, el "jodío", con ojo de lince, porque mira que lo dibujé pequeño...
- Pues... yo... esto... Es un dibujo, chicos -traté de huir.
-Ya, papá, pero ese castillo tiene que ser de alguien, ¿no? Digo yo, vamos -replica la listilla de la Princesa Alejandra.
- ¿De quién es ese Dragon, papi? -insiste el Pirata.
- Bueno, yo que sé nena, el castillo es de otro rey o algo...
- ¿De quién es el Drag...
- ¡¡Tuyo!! ¡Hijo, el dragón tuyo por cansino!
En fin... En buena hora. Repartí propiedades para que me dejaran en paz y se durmieran, pero no me fui tranquilo a dormir. No, no cuadraba. El dragón no podía ser del Pirata Mike Filigranas ni el castillo de la sutil e insinuante Princesa Alejandra, que ya tenía su humilde reino y si comenzaba a acumular riquezas terminaría convirtiéndose en una despiadada capitalista...
Hoy en mi aburrido y rutinario trabajo he estado meditando el asunto para solventar el problema con un dibujo. Ya en casa, después de merendar, antes de irme a otro trabajo más interesante, mi hija me ha dicho.
- Papá, ¿quieres que te escriba un cuento? -y, oh, mis ojos han chispeado de la emoción.
-Claro nena, ¡me encantaría! -le he dicho aun estando convencido que el cuento iría de una jovencita cantante que va al instituto...
Y a mi regreso... La cosa ha explotado. Sí, se me ha ido de las manos. Bueno, se nos ha ido a los tres.
- ¿Has leído el cuento? -me dice la Princesa Alejandra al rato.
- ¡No! ¡Corre, traelo! -ha tardado medio segundo, ojalá tardara tan poco en obedecer en otros temas... Con una sonrisa me lo ha dado y he comenzado a leer.
No me lo podía creer, con su hoja arrugada y con la manía de escribir fuerte, mira que le tengo dicho, mi hija había comenzado a escribir la historia conflictiva. Curioso que etiquete como enemigo a "Maik" Filigranas, pero...
La cosa no podía quedarse ahí.
- ¡Cerrad la puerta! ¡Apagad la tele! ¡Corred! ¡Tenemos que seguir esta historia!
Y por mis narices que no os desvelaré la intrincada trama que hemos tejido entre los tres, me plagian seguro si lo revelo, pero os daré pistas.
Personajes en Acción (nombres elegidos por mis hijos)
- El Rey Pluma (que podréis adivinar quién es) y la Reina Celestia (la madre de los creadores), verdaderos propietarios del Castillo volador y guardianes de "La Joya Mágica"
- El Arquero Chaunk, que sus flechas llegan a kilómetros, na menos.
- El Dragón Smaly y su jinete, el Caballero Masquer, que lleva una máscara por estar deformado debido a un terrible hechizo del que sólo se librará.... aaaah...
- Mnila, fiel escudera de la Princesa Alejandra, aprendiz de maga y con el poder de convertirse en cualquier animal del bosque.
- El Gran Mago Zurber Kascabier, poderoso mago que es un cascarrabias y que aun no sabemos si vive en una alta torre o en una pequeña cabaña.
- Y.... El malvado, el temible, el odioso.... SAGGER!! Rey y tirano que ha robado... aaaahh y que en su Castillo de Fuego...
Como aditivos, han aparecido dos mascotas, una Ardilla marrón con una linea rosa (en negociaciones para que sea de otro color) que es propiedad de la Princesa Alejandra, y de un Ave Fenix para el Pirata Filigranas (que se había empeñado en elegir un tiburón como mascota, pero hijo, tu barco vuela, la mascota no puede ser un pez...)
Bueno amigos, está claro que hay elementos clásicos, pero así lo eligieron los verdaderos creadores, por otro lado, me encantan las historias clasicas. Siempre soñé con escribir una historia como La Princesa Prometida, ahora ya no quiero hacerlo, ¡quiero escribir esta!! Y no tendré miedo a clichés, a darle un toque Peter Pan a la princesa, ni un tinte Robin Hood a Filigranas, ni en crear una "Comunidad" o grupo de héroes que se juntan para salvar al mundo, ni me reprimiré por miedo a que sea una Joya Mágica la única que podría salvarles (curioso que sin saber lo que es El Señor de los Anillos, estos dos han elegido la estrategia de "comunidad" y una joya poderosa... A ver si Tolkien no era tan original y resulta que tenía dos hijos...) Y les llevaré por tierras tenebrosas y montañas mágicas, habrá amor -pero no de la Princesa Alejandra, pues insinué que se enamorara de Mike Filigranas y me han montado un pollo, amenazándome con prohibirme escribir la historia. La princesa no se enamora de nadie y punto, nena, no hay más que hablar, estoy completamente de acuerdo...-, habrá mucha magia, duelos de espada, un final, está claro, de "comieron perdices", como mandan los cánones.
Ha sido algo mágico. Tirados en la cama, con el Pirata Mike Filigranas (de 4 años, por ahora) saltando y soltando nombres increíbles por su boca (Mnila!! Zorber!! Sagger!!! Geniales!!), con la Princesa Alejandra (de 7) hilando tramas (una joya mágica que salvaguarda al mundo, robada por Sagger, que quiere, con algo parecido a la alquimia, transformar en una Joya Oscura, qué cabrón el Sagger!!) Brutal!
Sí amigos... Los sueños... Esos que se viven y no se duermen. Los que dibujan mundos, no mejores quizás, pero si ejemplares, con héroes que al final Vencen. Ganan. Triunfan. Sí, esos sueños no nacen de misteriosos lugares, sino de algo muy pequeño, que dan mucho la lata, obedecen poco, anhelan Castillos voladores y exigen un dragón. Nacen de los niños. Bien lo sabía Peter Pan y por eso no quería crecer, por que al crecer dejamos de soñar. Yo, hoy, he saltado en la cama con El Pirata Mike Filigranas, me he tronchado de risa con la Princesa Alejandra del Bosque Encantado (joder, una ardilla con una franja rosa???), y por accidente... como surgen muchas cosas buenas, nació un sueño.
Mañana, lo he prometido, al volver de mi aburrido y rutinario trabajo, volveré a convertirme en niño. ¡Queda mucha historia que contar!
Ay, Jose, que yo empecé así, cuando mi Alex tenía seis años y ahora se afeita y yo aún sigo con la historia a vueltas. No veas lo complicado que resulta seguir la pista a sus deseos porque tú eres su padre (en mi caso su madre), tú lo puedes todo. Incluso, si me apuras, puedes hacer, con un poquito de magia, que los tiburones vuelen y en un mundo de fantasía salga, como quien no quiere la cosa, Nueva York.
ResponderEliminarPero hazlo, juega con ellos a escribir esta historia, de duelos, de princesas, de dragones y castillos y hasta de ardillas con franjas rosas. Son momentos impagables.
Mil besos
Alex se afeita ya??? jajajaj Por cierto, pues la idea no es mala, mira que le he puesto alas a un barco y a una moto y no se me ha ocurrido ponerle alas a un tiburón... ummm, lo estudiaré y consultaré con mis jefes (yo aquí sólo soy un negro literario...)
Eliminargracias mayte!!
Lo que me ha costado comentar!!
ResponderEliminarImpresionante.
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