Hace un mes o así, recibí un correo electrónico felicitándome por mi relato La Puerta. Orgulloso, claro, pero sobretodo agradecido por la molestia (no es habitual), respondí al mail. Creo que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado desde hace mucho. El siguiente mail que me mandó es el que dejo a continuación, fue así como descubrí que la tal RubiaDeLaBici también era escritora y muy, muy buena. Desde ése día tengo una Amiga, crítica, consejera... Y ella tiene lo mismo. Rubia, el camino es largo, pero no vamos solos! Gracias!
Carta:
>>Estoy en la piscina, un domingo
cualquiera por la mañana, concretamente, el pasado domingo. Mis circunstancias
y yo hemos llegado temprano, así que he podido hacerme con una tumbona y hasta
un banquito para los pies.
En una cesta se acumulan un par de periódicos con sus respectivos dominicales, he comprado los dominicales y con ellos me han dado los periódicos. Me espera también un libro de relatos, adquirido el día anterior, de Samuel Becket, ya llevo leídos la mitad, interesante, no podría decir que me gusten, si que son interesantes, es como meterse en la piel de un vagabundo loco, siempre, en cada relato, el protagonista es o parece un vagabundo loco, ¿y eso?, ¿ por qué será?, por si con eso no me basta, en mis manos tengo mi nuevo juguete, un I Phone. Leo una entrevista de Carmen Posadas a Vargas Llosa, en el dominical del País, es floja y, aún (nunca se sabe) no me gusta Vargas Llosa, soy difícil de escandalizar, difícil de impactar, las Travesuras de la niña mala, me impactó, por el momento, no lo leo más, hay otras cosas. Cojo mi Iphone, abro la última aplicación que me han recomendado, Wattpad, " tienes de todo, puedes leer lo que quieras", busco a Hesse, no está, quiero leer el manifiesto "Indignados", lo encuentro en google, leo la mitad, hace referencia a Sartre, compañero de estudios, no he leído nada de Sartre, me voy a buscarlo a Wattpad, antes de encontrarlo tropiezo con un relato, " La puerta", no se de quién es, tampoco me importa, eso no es indicativo de que vaya a ser bueno o malo. Levanto la mirada, las circunstancias están bañándose, todo controlado, puedo volver a mi pantalla, abro el relato, empiezo a leer. No me aburre, eso si es un buen indicativo, de hecho, me gusta, quiero saber que pasa, quiero ver como el niño sube angustiado esa escalera, recuerdo un sentimiento parecido, probablemente, seguramente, seguro, no me esperaba lo que le espera al protagonista, a mi solo me esperaba un padre enfadado, enfadados los padres no son padres, son adultos amenazantes, así que en una pequeña proporción, he sentido lo que ese niño, he sido llamada para recibir la bronca y no he querido ir, sin embargo he tenido que ir a que me riñeran por haber descargado en el water la bola de filete que llevaba en mi boca por lo menos, por lo menos, veinte minutos, iba cargando con mi propia porción de pánico infantil. Vuelvo al relato, me llama la atención cómo describe el sentimiento, el mismo sentimiento, durante párrafos y párrafos, sin que resulte repetitivo, sin que pierda la tensión, no se le agotan las palabras. Está bien, me gusta.
En una cesta se acumulan un par de periódicos con sus respectivos dominicales, he comprado los dominicales y con ellos me han dado los periódicos. Me espera también un libro de relatos, adquirido el día anterior, de Samuel Becket, ya llevo leídos la mitad, interesante, no podría decir que me gusten, si que son interesantes, es como meterse en la piel de un vagabundo loco, siempre, en cada relato, el protagonista es o parece un vagabundo loco, ¿y eso?, ¿ por qué será?, por si con eso no me basta, en mis manos tengo mi nuevo juguete, un I Phone. Leo una entrevista de Carmen Posadas a Vargas Llosa, en el dominical del País, es floja y, aún (nunca se sabe) no me gusta Vargas Llosa, soy difícil de escandalizar, difícil de impactar, las Travesuras de la niña mala, me impactó, por el momento, no lo leo más, hay otras cosas. Cojo mi Iphone, abro la última aplicación que me han recomendado, Wattpad, " tienes de todo, puedes leer lo que quieras", busco a Hesse, no está, quiero leer el manifiesto "Indignados", lo encuentro en google, leo la mitad, hace referencia a Sartre, compañero de estudios, no he leído nada de Sartre, me voy a buscarlo a Wattpad, antes de encontrarlo tropiezo con un relato, " La puerta", no se de quién es, tampoco me importa, eso no es indicativo de que vaya a ser bueno o malo. Levanto la mirada, las circunstancias están bañándose, todo controlado, puedo volver a mi pantalla, abro el relato, empiezo a leer. No me aburre, eso si es un buen indicativo, de hecho, me gusta, quiero saber que pasa, quiero ver como el niño sube angustiado esa escalera, recuerdo un sentimiento parecido, probablemente, seguramente, seguro, no me esperaba lo que le espera al protagonista, a mi solo me esperaba un padre enfadado, enfadados los padres no son padres, son adultos amenazantes, así que en una pequeña proporción, he sentido lo que ese niño, he sido llamada para recibir la bronca y no he querido ir, sin embargo he tenido que ir a que me riñeran por haber descargado en el water la bola de filete que llevaba en mi boca por lo menos, por lo menos, veinte minutos, iba cargando con mi propia porción de pánico infantil. Vuelvo al relato, me llama la atención cómo describe el sentimiento, el mismo sentimiento, durante párrafos y párrafos, sin que resulte repetitivo, sin que pierda la tensión, no se le agotan las palabras. Está bien, me gusta.
Pasa la mañana, me da tiempo de ponerme
algo roja y hasta de bañarme. Vuelvo a casa con mis circunstancias. Pasan las
horas, pasa un día, por momentos me acuerdo del relato, eso ya lo eleva a la
categoría de "muy bueno". Bicheo, encuentro un blog, sigo bicheando,
decido felicitar al autor, lo merece....
Lo felicito. Espero la respuesta, se que
va a llegar pronto, posiblemente en la misma madrugada, él escribe, la gente
que escribe y que lee creer que los veo. Cien años de soledad, por lo
menos lo he leído tres veces, se me sigue olvidando, lo intenté hace poco, no
era el momento, entre libros, más libros, históricos, de Roma, dese vale de la
noche, el día no da horas suficientes, yo misma estaba a las 12,30 leyendo en
un I Phone sus circunstancias, las que acabaron de motivarme a escribirle. La
vida a través de los libros que uno ha leído, llega la emoción, se despierta
rápido cuando me recuerdo leyendo a Los Cinco, yo soy Jorge, aún soy
Jorge, bajo las sábanas, con una linterna porque ya no eran horas de estar
despierta y mi madre me había apagado la luz por lo menos en dos ocasiones
ya. Luego Los tres investigadores, Agatha Christie, ¿por qué no se habría ya
escrito Harry Potter?, con lo que lo disfruté de adulta, no quiero ni imaginar
si lo hubiera cogido con 11 años. De ahí en adelante libros y más libros, hasta
el punto de olvidar lo que he leído, títulos, autores, tramas, a destacar
Cumbres Borrascosas, ¡ qué atmósfera!, Cornelia, no se de quién es, lo robé de
la biblioteca de mi abuelo, huele a viejo, las pastas son verdes, desvaído ya,
de tela, por ahí lo tengo, Siempre en capilla, Luisa Forrellad, también robado
de la misma biblioteca, ganó un premio, creo que Planeta, hace mucho, escribió
uno y no más, se casó, se dedicó a sus circunstancias, creo que a la vejez ha
escrito otro. Los pilares de la tierra, mi madre no quería que lo leyera aún,
por lo visto era de mayores, lo leí a escondidas, por supuesto, Las edades de
Lulú, también a escondidas, Malena es nombre de tango, me gustaba Almudena
Grandes, parecía que escribía lo que yo escribiría, si yo escribiera........,
ahora ya no me gusta, creo que con la edad se ha politizado, se ha protegido,
ya no se la ve en lo que escribe, supongo que es lo que tiene ir
adquiriendo técnica, pero me a mi me gusta ver a los escritores, o Templarios,
de Reyes, de intriga, de...., de todo. Con el tiempo se van definiendo los
gustos o van cambiando, seguramente sea eso, cambian, Murakami, apasionante,
qué fantasía, qué realidad, me gusta la realidad, personajes que comen, follan,
huelen. Descubro a Benedetti, La tregua, alucino.
No recuerdo cómo empecé a escribir,
supongo que escribir, siempre he escrito, no se qué, no se dónde. Un día
escribo un relato. Nace una idea, decides que tienes que plasmarla, no quieres
que se te vea, la camuflas un poco con un personaje que no eres tú (aunque eres
tú), sale un relato que no está mal del todo. Dos días más tarde el relato se
convierte en el primer capítulo de una novela, las palabras vuelan, las tardes
vuelan, los personajes andan solos, no sabes dónde van a acabar, a veces los
acuestas y no sabes cómo levantarlos al día siguiente y tienes que pensar dónde
irán, qué les pasará, qué pensarán. Te diviertes. Es parecido a leer. En dos
meses has escrito tu primera novela, la registras, la guardas. Llegan las
circunstancias, como le pasó a Luisa Forrellad, solo que además de las
circunstancias, hay que hacerse cargo de un trabajo. Fin de la libertad. Me
duermo. Empiezo a correr subterránea, como el Guadiana, no hay tiempo para
escribir, lo intento pero me quedo dormida, no consigo una rutina, un ritmo,
mis personajes se me mueren y, lo peor, a mi no me importa, me conformo con
seguir leyendo. A veces el río es visible, hay pequeños conatos de otra novela,
no termina de convencerme, vuelvo bajo el suelo.
Las circunstancias crecen, ya no se
levantan de noche, sus manos empiezan a estar en sitios distintos a mi cuello,
sus ojos fijan la atención en el mundo, aún son pequeñas pero ya no son
absolutamente dependientes. El río sube a la superficie. Me despierto gritando
¡LIBERTAD!, ¡ NECESITO LIBERTAD!, entonces VUELVO A ESCRIBIR, estoy
desentrenada, no tengo una idea para una novela, los relatos siempre me han
parecido más complicados, pero corro, nado y vienen las ideas, pienso que el socorrista
se tiene que estar partiendo de risa a mi costa, debo parecer idiota, nadando
de espaldas, riéndome, nadando surgen muchas ideas, la concentración es
absoluta, elevas un brazo, levantas el agua, las gotas caen en tu cara,
directa a los ojos pero no los cierras, tienes las gafas, te limitas a ver el
agua volar sobre ti y luego a escuchar el sonido de tu brazo al caer, una y
otra vez, hasta aprenderlo, entre medio también suena tu respiración, entras en
trance, llegan las ideas, tienes que tener cuidado porque te despistas y acabas
dando con la mano en el bordillo de la piscina, hace daño, pero sigues riendo
porque solo imaginar lo que vas a escribir te divierte.
Y escribes un relato, luego otro, luego
otro más. Llegan ideas para una novela, solo el principio, no se como acabará,
solo se algunas cosas que van a pasar, que creo que van a pasar, es posible que
luego los personajes decidan que no pasen, ya veremos
LaRubiaDeLaBici
Un Iphone nuevo, una aplicación para leer gratis, un rato de piscina, un buen relato cae en mis manos. Se mezcla todo y me aparece un amigo.
ResponderEliminarGracias por escribir como escribes.
Nos leemos.
Un abrazo.